21 ~ NO MI VOLUNTAD SI NO LA TUYA

~ 21 ~
NO MI VOLUNTAD SI NO LA TUYA ~
“Padre, si es posible líbrame del cáliz de amargura”

 

Preparo mi corazón para orar
Al comenzar, me tomo un momento para percibir la Presencia del Señor ante mí,mirándome con amor, deseando hablarle a mi corazón.

En oración, leo Mateo 26, 36-46
    Después de leer en oración, pido una gracia que deseo en este momento de oración.

 

Usando mi razonamiento:

  • Piense en lo que está sucediendo en la escena; ¿Cuáles son las palabras de acción?
  • ¿Quiénes son las personas en la escena? ¿Cuál es el lugar? ¿Qué cosas se describen?
  • ¿Qué palabras me llaman la atención? ¿Qué significa esto para mí?

Usando mi imaginación:

  • Me imagino en la escena, ¿Soy un observador o participante? ¿A quién me siento atraído?
  • Usando todos mis sentidos, ¿Qué veo? ¿Qué escucho? ¿Qué siento, huelo o pruebo?

Reflexiono sobre lo que Dios le dice a mi corazón:

  • Mientras reflexiono, utilizo mis sentidos espirituales para reconocer lo que está ocurriendo en mi corazón: mis pensamientos, sentimientos y deseos. (Reconocer significa ver, notar, darse cuenta, nombrar).

Es importante hacer esto, ya que mis pensamientos, sentimientos y deseos dan forma a mis acciones.

  • Busco la verdad que el Señor me está comunicando. Le pido a Jesús que me dé su mente y sus pensamientos para ver con los ojos de su corazón lo que hoy quiere revelarme. ¿Cómo me está  llamando Jesús a aplicar esta verdad a mi vida?
Reflexión Guiada
Citado de “Una Introducción Ignaciana a la Oración”, por el padre Timothy M Gallagher, O.M.V1

Acompaño a Jesús que ahora entra en su tiempo de dolor, de carga, el tiempo de la cruz … Le pido que me muestre, a través de su cruz, el significado de mis propios dolores y
cargas …

Me uno a Jesús y a los Once mientras caminan a lo largo de las murallas de la ciudad hacia el Huerto de Getsemaní … Es de noche … Escucho los silenciosos sonidos de la noche, siento la pesadez en los corazones de los discípulos. Mi corazón también conoce tiempos de pesadez y temor …

“Mi alma está triste hasta la muerte …” Con gran reverencia, reflexiono sobre el dolor de Jesús, un dolor profundo que casi abruma su vida misma … ¿Qué se mueve en su corazón? ¿En mi corazón? Yo le hablo de mi propio dolor …

Ahora veo a Jesús adentrarse un poco más en el huerto … y está solo. Los tres más cercanos a él se duermen. Humanamente, está completamente solo, en su momento de necesidad. Mi corazón también sabe lo que significa sentirse solo … le hablo …

Su energía le falla … Cae de rodilla sobre tierra, y de su corazón se eleva un grito de angustia al Padre: “Padre mío, si es posible, aleja de mi este cáliz de amargura …” Hay en Jesús un profundo, muy profundo deseo de ser liberado de la carga que lleva, la carga que tiene por delante: “Si es posible, aleja de mi este cáliz …” Cuántas veces yo también he hecho esa oración: aleja este cáliz de amargura … la copa de la debilidad física y del dolor, de la responsabilidad, de las luchas en las relaciones … Estoy allí con Jesús, postrado en tierra …

“Sin embargo, no como yo quiero, sino como tú”. Dos voluntades: “como yo quiero”, “como tú quieras”. Y, aunque le cuesta tanto a su parte humana, Jesús doblega su voluntad a la del Padre … rezo con él, pido valor para aceptar, como Jesús, la voluntad del Padre en mi vida …

Él viene, buscando la compañía y el apoyo de sus seguidores… y ellos duermen… Pero ahora yo no duermo… le hablo…

Veo como, por segunda vez, Jesús repite su aceptación de la voluntad del Padre: “Padre mío, si esto no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad”. Y de nuevo, una tercera vez … y todavía está solo …

“Vamos, levántense. Miren, ya está aquí el que me va a entregar “. Su oración lo ha fortalecido, está listo para enfrentar la cruz … Oro por esa misma fuerza …

 

Te pido esta gracia en este tiempo de oración:
Conversa con Dios2

Reconocer:

  • ¿Cuáles son los pensamientos que surgen en mi corazón? Yo creo …
  • ¿Cuáles son los sentimientos que surgen en mi corazón? Yo siento …
  • ¿Cuáles son los deseos que surgen en mi corazón? Yo deseo …

Relacionar:   

Honestamente relaciono esto con Dios; le hablo a Él de esto, confiando en que está presente y escuchándome a mí, su amado hijo.

Recibir:

  • Escucho lo que el Señor quiere decirle a mi corazón, sabiendo que Su amor es gratuito e incondicional. Recibo su amor y consuelo. Confío en que Él anhela consolarme, animarme, fortalecerme, curarme, perdonarme…
  • Le permito a Él que me guíe; quizás volviendo a la escritura …

Responder en oración:

  • Concluyo mi tiempo de oración hablando con Jesús, con Dios Padre y / o el Espíritu Santo como le hablaría a un amigo. También puedo invocar la intercesión de María y los santos. (San Ignacio llama a esto un coloquio).

Alábalo – doy gloria a Dios por quien es; por ser todo bueno y amoroso; por ser mi Señor y salvador…

Agradécele – por nuestro tiempo juntos; por su palabra para mí; por los regalos que me ha dado hoy …

Pídele … por ayuda, gracia, fuerza, sabiduría, fe más profunda…

  • En base a lo que Dios está diciendo a mi corazón, me propongo actuar de la siguiente manera concreta para amar a Dios y amar al prójimo (que podría ser algo pequeño). Hoy voy a …
Descansen en el Señor:  “Quédense quietos y sepan que yo soy Dios”
Salmo 46, 10

1 Gallagher, T., 2008. Una Introducción Ignaciana a la Oración: Reflexiones Bíblicas Según los Ejercicios Espirituales. Nueva York: The Crossroad Publishing Company.

2 Esta forma de conversar con Dios en oración a menudo llamada RRRR (ARRR por sus siglas en inglés) es enseñada por el Instituto para la Formación Sacerdotal de Omaha Nebraska. Para obtener más información, consulte Father Traynor, Scott (2013) La Parroquia Como Escuela de Oración y, Dwyer, Karen y Lawrence (2011) WRAP Yourself in Scripture (Publicaciones de IPF).