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Esquema de la Enseñanza para la Semana 3

Semana 3: Conversación con Dios

A continuación, se muestra el esquema de la enseñanza 3, titulada “Conversación con Dios”. Mientras escucha el video didáctico, siga este esquema. Puede imprimirlo y usar el espacio a la derecha o su propio diario para tomar notas.Las preguntas de discusión se encuentran a continuación de las citas. Si participa en esta serie junto con un grupo, considere seleccionar algunas o todas estas preguntas para su discusión grupal.

Esquema de la Enseñanza

I. Resumen: La oración ocurre en el corazón.
A. Los movimientos del corazón son “movimientos afectivos”, y vienen como pensamientos, sentimientos y deseos.
B. La oración purifica el corazón para que podamos aprender a amar lo que Dios ama.

II. Movimientos distintivos del corazón; tres niveles de nuestro corazón.
A. Los pensamientos, sentimientos y deseos interiores, nos llegan de la experiencia presente o de la memoria.
B. Nivel I (psicológico superficial) – transitorio, incluso superficial, cambio rápido, fácilmente influenciado por estímulos externos (ejemplos: mal humor debido al clima o la opinión de otros). Estos pensamientos, sentimientos y deseos no son movimientos del Espíritu Santo.
C. Nivel II (psicológico más profundo) – más complejo, los pensamientos están más profundamente arraigados, no solo van y vienen, muchos son patrones habituales de pensamiento, sentimiento o deseo.
1. Incluye relaciones familiares, temperamentos, estados de ánimo profundos como depresión psicológica, alegría o felicidad profunda, deseos sexuales.
2. Consuelo no espiritual (sentimiento de elevación) o desolación no espiritual (sentimiento de depresión).
3. Todavía no es el lugar donde Dios habla, aunque Dios a menudo quiere traer sanidad a las experiencias de este nivel del corazón.
D. Nivel III (espiritual): pensamientos, sentimientos y deseos espirituales que impactan directamente en la relación personal con Dios y en el cumplimiento de su voluntad.
1. Tercera regla: Consuelo espiritual (movimiento ascendente del corazón hacia Dios) – “Lo llamo consolación cuando se produce algún movimiento interior en el alma, a través del cual el alma llega a inflamarse con el amor de su Creador y Señor, y, en consecuencia, cuando no puede amar ninguna cosa creada sobre la faz de la tierra en sí misma, sino sólo en el Creador de todas ellas. Lo mismo cuando derrama lágrimas que mueven al amor de su Señor, ya sea por el dolor de los propios pecados, o por la pasión de Cristo nuestro Señor, o por otras cosas directamente ordenadas a su servicio y alabanza. Por último, llamo consolación a todo aumento de la esperanza, de la fe y de la caridad, y a todo gozo interior que llama y atrae a las cosas celestiales y a la salvación del alma, tranquilizándola y dándole paz en su Creador y Señor “. (Ejercicio espiritual # 316).
2. Cuarta regla: Desolación espiritual (movimiento descendente del corazón alejándose de Dios) – “Yo llamo desolación … oscuridad del alma, perturbación en ella, movimiento hacia lo bajo y terrenal, inquietud por diversas agitaciones y tentaciones, movimiento hacia la falta de confianza, sin esperanza, sin amor, encontrándose totalmente perezoso, tibio, triste, y como separado del Creador y Señor. Porque, así como la consolación es contraria a la desolación, del mismo modo los pensamientos que provienen de la consolación son contrarios a los pensamientos que provienen de la desolación. (Ejercicio espiritual # 317).

III. Movimientos espirituales del corazón – pensamientos, sentimientos y deseos.
A. Provienen de uno de los tres espíritus: Espíritu Santo, espíritu maligno, espíritu humano.
B. ¿Qué pasa en el corazón?
1. Llegan los sentimientos y los deseos.
2. Dar lugar a pensamientos (intelecto).
3. Pedir una respuesta (voluntad): recibir lo que es de Dios y rechazar lo que no es de Dios.
4. Entra en nuestro corazón, a través de la memoria, la imaginación y los sentidos espirituales.
C. Esta es una guía, no una ciencia. No todos nuestros pensamientos, sentimientos y deseos se pueden clasificar fácilmente. Esto se ha simplificado a tres niveles.

D. Cuadro

Niveles I -III

Pensamientos

Sentimientos

Deseos

Nivel I

Psicológico Superficial

Hace calor

Acalorado y  cansado

Descanso

Nivel II

Psicológico  

Más profundo

Soy una decepción para mi familia Solo, abandonado, deprimido Quiero escapar de mi vida

Nivel III

Espiritual

Dios ha sido tan bueno conmigo Gratitud, alegría, calidez Quiero estar con Dios en oración

E. Cómo entramos prácticamente en conversación con Dios, sobre algun conflicto en la vida.
1. La oración es la conversación donde le hablo a Dios sobre los problemas o alegrías en el segundo nivel del corazón.
2. Cuando recibo la verdad y el amor de Dios en el tercer nivel del corazón, él comienza a liberarme en el segundo nivel del corazón. Esto comienza a purificar mi forma de pensar y sentir en el segundo nivel del corazón.

IV. Cuatro pasos prácticos para rendir nuestros corazones a Dios.

A. Reconocer: cuando tengo algún conflicto, lo primero que tengo que hacer es admitir que es un conflicto. Esto requiere autoconciencia. Puede ser difícil de reconocer. Puede haber miedo a reconocer, porque no quiero darles demasiado poder a las cosas; creo que es mejor ignorarlo. O porque pienso para mí mismo: si fuera un verdadero cristiano, esto no me molestaría. O porque no tengo la fe para creer que Dios puede trabajar en esta área.
B. Relacionar – El segundo paso es relacionar la situación con Dios en oración y preguntarle a Dios cómo la ve él.
1. Prácticamente, simplemente dígaselo a Dios. “Padre, esto es realmente difícil para mí”. “Tengo miedo.” “¡Esto es demasiado para mí!” “Padre, esto me enoja mucho, ¿cómo puedes permitir que esto suceda?!”
2. Si la enfrento con fe, puedo recibir de Dios una nueva forma de verla. Esta es la parte de la acción de Dios, y no puedo controlar esto. ¡Pero puedo tener fe en que él lo hará!!
3. Relacionar es nuestro trabajo. Recibir es lo que hace Dios.
C. Recibir – El tercer paso es Dios actuando, mostrándome cómo está trabajando. Él habla a mi corazón y me permite recibir su forma de ver, su verdad. Me muestra que está presente.
1. Esta es una consolación espiritual en el tercer nivel del corazón. Puede ser una palabra o frase de las Escrituras. Podría ser una sensación de paz o su presencia. Puede ser una palabra de un amigo o algo que escuche en una homilía.
2. Viene con una elevación del corazón, porque el Espíritu Santo me está hablando.
D. Responder – El cuarto paso es responder de manera diferente, con la gracia y la fuerza de Dios. Puedo responder con verdad y con la paz de Dios. Esto es tan diferente a experimentar ansiedad en la vida cristiana.
E. La oración es una conversación bidireccional
1. Dios obra en la oración. Su presencia entra en las situaciones y las cambia.
2. Dios quiere mostrarnos que es bueno en cada situación cuando se la presentamos en oración.
3. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios”. 2 Cor. 1, 3-4
4. Este recibir, es la clave de toda la vida espiritual: esta es la paz que Jesús promete, incluso en las pruebas más grandes. Verdadera paz que proviene de la verdadera entrega.
F. Ejemplos
1. Jesús en la Agonía del Huerto
2. La espina de San Pablo clavada en su carne (2 Cor. 12, 7-10).

V. ¿Qué es la oración a la luz de RRRR?

A. La oración es el lugar donde me rindo a la voluntad de Dios. Reconozco mi lucha, se la relato a él, recibo de él el cómo poder verla, y luego, puedo responder con su gracia. De esta manera la oración me transforma y purifica mi corazón.

 

NIVEL I
SUPERFICIE NO-ESPIRITUAL


Pensamientos, Sentimientos y Deseos

NIVEL II
MÁS PROFUNDA NO-ESPIRITUAL


Pensamientos, Sentimientos y Deseos

Consolaciones No-Espirituales
Desolaciones No-Espirituales

Psicológico Primario
Influenciado por
Relaciones Familiares

ADN

Temperamentos Étnicos
Deseos Sexuales
Estados de Ánimo Profundos
Suposiciones Culturales

NIVEL III
ESPIRITUAL


Pensamientos, Sentimientos y Deseos

Consolaciones Espirituales
Desolaciones Espirituales

Movimientos interiores del corazón
causados por diferentes espíritus
Tres espíritus:
Espíritu Santo
Espíritu Maligno
Espíritu Humano

Estos movimientos interiores
llaman por una respuesta:
recibir lo que es de Dios o
rechazar lo que no es de Dios

Preguntas de Diálogo para la Semana 2

Preguntas de Diálogo
para la Semana 2:
Preguntas de Diálogo

  1. La oración es una respuesta a la búsqueda amorosa de Dios por nosotros. Al mirar hacia atrás en su vida, ¿qué experiencias pudo haber tenido de Dios buscándolo con amor?
  2. La oración ocurre en el corazón. Muchas personas luchan por llevar la oración de sus mentes a sus corazones. ¿Qué te ayuda a pasar, de pensar acerca de Dios, a encontrar realmente a Dios en tu corazón?
  3. El obispo Cozzens habló sobre cómo Dios nos habla moviendo nuestro corazón de tres maneras: en nuestro intelecto o pensamientos, en nuestras pasiones o sentimientos y en nuestros deseos. A esto se le llama movimiento afectivo. ¿Ha experimentado esto antes? Si es así, describa su experiencia.
  4. Nuestro Señor dice: “Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a Dios” (Mt 5, 8). ¿Cuáles son algunas de las formas en que Dios está buscando purificar tu corazón, para que puedas comenzar a amar como él ama?
  5. A medida que crecemos en la oración y la autorreflexión, nos conocemos a nosotros mismos y nos convertimos. Hacemos esto reconociendo y nombrando nuestros pensamientos, sentimientos y deseos y compartiéndolos con el Señor. Tómate un tiempo en silencio para pensar en cómo Dios te invita a compartir tu corazón con él.
  6. Nuestros corazones pueden ser gobernados por nuestras heridas, miedos, lugares de falta de perdón, deseos egoístas y orgullo. Cuando le entregamos esto al Señor, gradualmente nos vemos a nosotros mismos como Dios nos ve. ¿Cómo podría Dios estar llamándote a rendirte, para que puedas verte a través de los ojos de Dios?

Esquema de la Enseñanza para la Semana 2

Semana 2:
Como Escuchar a Dios en
Nuestros Corazones

 

A continuación, se muestra el esquema de la enseñanza 2, titulada “Cómo Escuchar a Dios en Nuestros Corazones“. Mientras escucha el video de enseñanza, siga este esquema. Puede imprimirlo y usar el espacio de la derecha, o usar su propio diario para tomar notas.

Este video de enseñanza contiene muchas citas de las Escrituras, del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) y de la vida de los santos. Encuentre una lista completa de citas al final de este esquema de charla, como referencia.

Las preguntas de discusión se encuentran a continuación de las citas. Si participa en esta serie junto con un grupo, considere seleccionar algunas o todas estas preguntas para su discusión grupal.

Esquema de la enseñanza

I. Principios básicos de la oración – Seis verdades esenciales que guían nuestra vida de oración.

    1. Dios, la Santísima Trinidad, habita dentro de nosotros en virtud de nuestro bautismo, y desea una relación amorosa con nosotros (Juan 14, 23).
    2. La oración es una respuesta a la búsqueda amorosa de Dios por nosotros. Se trata fundamentalmente de recibir su amor y su llamada a vivir como sus discípulos. (1 Juan 4, 9-10; CIC ¶2560).
    3. Somos criaturas caídas, afectadas por el pecado original, y tenemos que arrepentirnos continuamente para crecer en fe, esperanza y amor. (1 John 1, 8, CIC ¶1427, ¶1426).
    4. Las experiencias personales subjetivas siempre se rigen por la autoridad espiritual objetiva de las Escrituras y la Tradición viva de la Iglesia tal como se expresa a través del Magisterio. (CCC ¶890; 2 Tim 3, 16-17). 
    5. Dios desea estar con nosotros y mostrarnos su amor en todas las circunstancias de la vida, porque siempre quiere sacar el bien del mal. (2 Cor 1, 3-4).
      1. “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”. (Rom 8, 28)
    6. El verdadero discipulado depende del deseo de buscar y hacer la voluntad de Dios (Mt 7, 24-27).

II. ¿Dónde ocurre la oración? Pasa en nuestro corazón.

  1. Cuando las Escrituras hablan del lugar donde nos encontramos con Dios, las Escrituras hablan del corazón. (Rom 5, 5; 1 Sam 16,7; Ez 36, 26).
    “Según las Escrituras, es el corazón el que ora”. (CIC ¶2562)
  2. El corazón es nuestro centro, el lugar de encuentro con Dios, el lugar de decisión, mi yo más profundo. Es el lugar del amor, del don de uno mismo. (CIC ¶2563).

III. Dios nos habla al mover nuestro corazón. Un movimiento del corazón se llama movimiento afectivo.

    1. ¿Qué es el “afecto”? Es el centro de nuestro corazón donde nos sentimos movidos.
    2. Somos personas complejas y tenemos muchos tipos diferentes de “movimientos interiores”.
      1. Podemos ser movidos en nuestro intelecto, al llegar a comprender una verdad.
      2. Podemos ser movidos en nuestras pasiones, por la ira o el miedo.
      3. Podemos ser movidos en nuestros deseos, tanto físicos como emocionales e incluso espirituales.
    3. Pensamientos, sentimientos y deseos: todos estos pueden ser movimientos del corazón que involucran las emociones, pero de hecho son más profundos.
    4. San Ignacio, siguiendo la tradición espiritual, deja claro que la principal forma en que Dios nos habla es a través de estos “movimientos interiores” que son “provocados en el alma”. (Regla 4, Ejercicio Espiritual # 315.))
      1. Los movimientos afectivos pueden ser positivos. Al tratar de seguir a Dios, San Ignacio dice: “Es propio del buen espíritu dar valor y fuerza, consuelo, lágrimas, inspiraciones y tranquilidad, aliviando y quitando todos los obstáculos, para que la persona pueda avanzar en hacer el bien.” (Regla 2, Ejercicio Espiritual # 315.) Dios da movimientos a nuestro corazón, que nos facilitan el seguirlo.
      2. Los movimientos afectivos también pueden ser negativos. Al tratar de seguir a Dios, San Ignacio dice: “Es propio del espíritu maligno morder, entristecer y colocar obstáculos, inquietando con falsas razones, para que la persona no avance”. (Regla 2, Ejercicio Espiritual # 315.) (En la semana 4 se discutirá el discernimiento de los espíritus; qué movimientos son de Dios y cuáles no).
      3. Ejemplos de movimientos afectivos que pueden surgir en la oración.
        1. Pensamientos – por ejemplo, Dios es más grande que este problema.
        2. Sentimientos – por ejemplo, una sensación de calidez, paz o una sensación de alivio.
        3. Deseos – por ejemplo, quiero estar contigo Señor; te necesito; quiero confiar en ti.

IV. Nuestro Señor dice: “Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a Dios”. (Mt. 5:8)

  1. A través de la oración, Dios desea purificar y limpiar nuestro corazón para que podamos aprender a amarlo sobre todas las cosas y desear servirlo en nuestro prójimo. (Papa Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Vol. 1., 92-93)

V.Debido a mi naturaleza caída, no siempre reacciono como debería.

  1. Todos nosotros tenemos, hasta cierto punto, un afecto desordenado. Los pensamientos, sentimientos y deseos que surgen en mi corazón naturalmente no son los mismos que los pensamientos, sentimientos y deseos en el corazón de Jesús que es completamente puro. Esto es lo que da lugar al pecado en mí.
    1. “Porque no hago el bien que quiero, sino que hago el mal que no quiero.” (Rom 7, 19)

VI. Uno de los objetivos de la oración es sanar mi afecto. Para ordenarlo cada vez más, a fin de que no solo conozca la verdad, sino que pueda llevarla a cabo.

  1. La oración es la forma en que crezco en el amor por Dios. Y cuanto más crezco en el amor, más comienzo a ordenar todos los demás sentimientos de mi corazón. Santo Tomás de Aquino dice: “el amor ordena todos los afectos.”.
  2. La oración sana gradualmente nuestro afecto y nos permite no elegir el pecado, sino poder elegir a Dios a través de su gracia.
  3. Un afecto ordenado es cuando mi afecto corresponde a lo que es verdadero, bueno y bello.
  4. El objetivo no es ser una persona sin sentimientos, sino con sentimientos ordenados. Jesús tenía sentimientos, pero fueron ordenados.
  5. San Juan Pablo II escribió sobre esto en su Teología del Cuerpo. La verdadera libertad es poder hacer lo correcto en el amor. Una persona con un corazón puro puede ver el bien y elegirlo.
  6. “El amor es paciente y bondadoso; no tiene envidia ni orgullo ni arrogancia. No es grosero ni egoísta, no se irrita ni es rencoroso, no se alegra de la injusticia, sino que encuentra su alegría en la verdad”. (1 Cor 13, 4-6)
  7. Pasar tiempo con el amor de Jesús y recibir su amor en oración, permite que mi afecto se cure para que pueda aprender a amar como él.
  8. San Juan de la Cruz: Para ser verdaderamente libre tengo que estar libre de apegos, donde amo algo o alguien más de lo que amo a Dios.
    1. A través de la oración, el Señor me libera de esos apegos y gradualmente comienza a darnos pureza de corazón.

Preguntas de Diálogo para la Semana 1

Preguntas de Diálogo
para la Semana 1:
La Oración es una Relación
Personal con Dios

  1. En el video de la enseñanza, se instruye sobre qué es la oración y por qué orar. Describe tu vida de oración en este momento. ¿Cómo deseas crecer?
  2. La enseñanza de San Ignacio sobre la oración y la vida espiritual, es particularmente útil porque está diseñada para la vida activa. ¿Cuáles son algunos de los obstáculos en tu vida activa que dificultan la oración? ¿Cómo podrías superar estos obstáculos?
  3. “Gracias únicamente a este encuentro, o encuentro de renovación, con el amor de Dios, que florece en una amistad enriquecedora, nos liberamos de nuestra estrechez y ensimismamiento. Nos volvemos plenamente humanos cuando nos volvemos más que humanos, cuando dejamos que Dios nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar la verdad más plena de nuestro ser” (Papa Francisco, Gozo del Evangelio 8). ¿Cómo has encontrado el amor de Dios? ¿Qué significa para ti tener un encuentro liberador con Dios?
  4. ¿Has experimentado a Dios sediento de ti como lo describió la Madre Teresa en su carta? Si es así, describe esa experiencia. Si no es así, ¿cómo podrías abrirte para experimentar su sed por ti?
  5. El Arzobispo Hebda conversó sobre cómo Dios habla primero, cómo Dios te busca y lo que él tiene que decir es lo más importante. En este estudio mencionaremos con más detalle cómo aprender a escuchar a Dios en oración. A medida que comienzas, ¿cómo puedes hacer tiempo, en el ajetreo de la vida, para tener el silencio y el tiempo para escuchar?
  6.  San Ignacio nos anima a rezar con nuestra imaginación. P. Timothy Gallagher, en su libro Meditación y contemplación, dice: “En esta manera de orar, nos dice San Ignacio, vemos imaginariamente a las personas en el pasaje de la Biblia, escuchamos las palabras que dicen y observamos las acciones que realizan en el evento.” ¿Has rezado de esta manera antes? Si es así, describe un momento en el que te has imaginado a ti mismo en una escena de la Biblia. ¿Qué pensamientos, sentimientos y deseos surgieron en esa experiencia? (Nota: si no has orado activamente de esta manera antes, la Guía de Oración con la reflexión guiada te ayudará con este tipo de oración activa).

Talk Outline for Week 4

Talk #4: Discernment of Spirits

Below is the outline for Talk 4, titled “Discernment of Spirits.”  As you listen to the teaching video, follow along in this outline.  You may print this outline and use the space to the right for notes or use your own journal for notetaking.

This teaching video covers the first four (of the fourteen) Rules of Discernment given by St. Ignatius.  The text of the first four rules is provided at the end of this talk outline for a single reference.

Discussion questions follow the reference materials at the end of this outline.  If you are participating in this series together with a group, consider selecting some or all of these questions for your group discussion.

Talk Outline

  • One of the keys to learning to follow the movements of God is the Discernment of Spirits
    1. Movements in my soul come from 3 places:  God, the enemy, or myself (my human spirit).
      1. St. Ignatius defines the enemy broadly as anything that is not from God.  This includes the fallen angels (including the devil).  This also includes the fallen part of ourselves, such as tendencies in our own psyche which spring from egoism or disordered sensuality.  Scriptures calls this the world, the flesh, and the devil.
      2. St. Ignatius calls God, the blessed Trinity, the good spirit.  He also means the way God acts on us by the good spirits, that part of us which is in league with God by the sanctifying grace from our baptism, and the Church, the body of Christ who influences us toward the good.
    2. St. Ignatius names these movements consolations or desolations.
      1. We all experience ups and downs in our spiritual life – times when we have great energy, God feels close and we desire to pray and serve, and other times when we don’t have energy, God feels far away and we find it difficult to pray.
      2. St. Ignatius teaches us discernment of spirits to help us understand these ups and downs so that we can navigate our life and follow God more easily. 
      3. St. Ignatius learned this in his conversion.  During recovery from an injury in battle, he read the life of Christ and lives of the saints.
      4. When thinking about things of the world he took delight in them, but afterwards was dry and discontented.
      5. When thinking about living as the saints he was consoled, and afterwards he remained content and happy.
      6. One time “his eyes were opened a little,” realizing from experience that some thoughts left him sad and others happy.
      7. Little by little he came to recognize the difference between the spirits – one from the enemy, and the other from God.
      8. St. Ignatius wrote his rules for discernment of spirits – how to know when the enemy is bothering me and how to know when God is leading me.
  • Discernment of Spirits: Introduction to the Rules
    1. “Rules for becoming aware and understanding to some extent the different movements which are caused in the soul, the good to receive them, and the bad to reject them.” (313)
    2. St. Ignatius wants to help us do 3 things:
      1. To become aware (“his eyes were opened a little”).
      2. To understand (try to figure out where these movements are coming from and what they mean).
      3. To respond (accept the good, reject the bad).
    3. To become aware of spiritual movements in the soul.
      1. St Augustine says, “You were within, and I was without. And created things kept me from you.” (Confessions, Book 10.) In our world today, it’s easy to live habitually without.
      2. Need silence and time in prayer to hear the voice of God in my heart.
    4. St. Ignatius gives fourteen rules for discernment. This teaching will discuss rules one through four.
  • First Rule:  Persons moving away from God
    1. First Rule. The first rule: in persons who are going from mortal sin to mortal sin, the enemy is ordinarily accustomed to propose apparent pleasures to them, leading them to imagine sensual delights and pleasures in order to hold them more and make them grow in their vices and sins.  In these persons the good spirit uses a contrary method, stinging and biting their consciences through their rational power of moral judgment.” (314)
    2. Notice the directional quality of these rules. Our life is headed in a general direction at all times – toward God or away from God.
    3. The first rule applies to persons heading away from God (“going from mortal sin to mortal sin”).
      1. The enemy works on the level of desires (“propose apparent pleasures to them”).
      2. God works on the rational level, the head (“stinging and biting their consciences”).
      3. God and the enemy always work contrary to each other.
  • Second Rule:  Persons moving away from God
    1. Second Rule.  The second: in persons who are going on intensely purifying their sins and rising from good to better in the service of God our Lord, the method is contrary to that in the first rule.  For then it is proper to the evil spirit to bite, sadden, and place obstacles, disquieting with false reasons, so that the person may not go forward.  And it is proper to the good spirit to give courage and strength, consolations, tears, inspirations and quiet, easing and taking away all obstacles, so that the person may go forward in doing good.”
    2. (315)The second rule applies to persons heading toward God (“rising from good to better in the service of God”).
      1. God and the enemy work contrary to each other.
      2. This time, the enemy works at the rational level, the head (“bite, sadden, and place obstacles, disquieting with false reasons”).
      3. God works at the level of heart to make it easy to go forward (“courage and strength, consolations”).
  • Example from St. Augustine’s Confessions Book 10.
    1. Headed away from God. 
      1. “I was in torment, reproaching myself more bitterly than ever as I twisted and turned in my chain.  I hoped that my chain might be broken once and for all, because it was only a small thing now…  And you, O Lord, never ceased to watch over my secret heart.  In your stern mercy you lashed me with the twin scourge of fear and shame …”
      2. St. Augustine is headed away from God, still attached to his sin. He wants to be free but isn’t able. God lashed him “with the twin scourge of fear and shame.” That was God’s mercy.
      3. He beings to make a turn toward God. As he turns God begins to console him.
      4. Headed toward God.
        1. “But by now … I had turned my eyes elsewhere, and while I stood there trembling at the barrier, on the other side I could see the chaste beauty of Continence in all her serene, unsullied joy, as she modestly beckoned me to cross over and to hesitate now more.”
        2. When St. Augustine turned toward God in prayer, God gives him an interior vision of hope to help him and to allow him to surrender. In his vision, lady Continence gives him courage. Right after this is the famous passage – Take and Read!
  • Third Rule: Spiritual Consolation
    1. For persons headed toward God, God works through spiritual consolation (uplifting movement of the heart).
    2. “Third Rule. The third is of spiritual consolation. I call it consolation when some interior movement is caused in the soul, through which the soul comes to be inflamed with love of its Creator and Lord, and, consequently when it can love no created thing on the face of the earth in itself, but only in the Creator of them all. Likewise when it sheds tears that move to love of its Lord, whether out of sorrow for one’s sins, or for the passion of Christ our Lord, or because of other things directly ordered to his service and praise. Finally, I call consolation every increase of hope, faith and charity and all interior joy that calls and attracts to heavenly things and to the salvation of one’s soul, quieting it and giving it peace in its Creator and Lord.” (316)
    3. Spiritual consolation always comes from God. An uplifting movement of various kinds that moves me towards God and helps me to follow him in life.
      Notice the words and how they are all affective words. These uplifting movements come in various degrees and intensity.
    4. Example from St. Thérèse of Lisieux.
      1. Seeing the hen protecting her little chicks under her wings (nonspiritual consolation) lead her to recall scripture and recognize God’s tenderness and protection of her (spiritual consolation).
      2. Nonspiritual consolation can lead to spiritual consolation. Likewise, nonspiritual desolation can lead to spiritual desolation.
  • Fourth Rule:  Spiritual Desolation
    1. For persons headed toward God, the enemy works by trying to slow them down and prevent them from going forward by spiritual desolation.
    2. “Fourth Rule. The fourth is of spiritual desolation. I call desolation all the contrary of the third rule, such as darkness of soul, disturbance in it, movement to low and earthly things, disquiet from various agitations and temptations, moving to lack of confidence, without hope, without love, finding oneself totally slothful, tepid, sad and, as if separately from one’s Creator and Lord. For just as consolation is contrary to desolation, in the same way the thoughts that come from consolation are contrary to the thoughts that come from desolation.”
    3. Desolation is the exact opposite of the movement of consolation. Desolation is the work of the enemy
      1. We all experience spiritual desolation at times.  If it goes unchecked, it can be a great obstacle in our spiritual lives.
      2. Distinguish spiritual desolation (a movement from the enemy) from psychological depression (non-spiritual, second level of the heart).  Distinguish between spiritual and non-spiritual consolation and desolation.
      3. Spiritual desolation is a heavy movement of the heart that leads to low and earthly things.
      4. Spiritual desolation often presents itself as our spiritual identity.  It may take over the past and future.  I may forget I ever had a relationship with God and may think I may never be able to again, because God feels so far away.  Spiritual desolation uses universal negatives (e.g., “entirely forgotten,” “never will be able to.”).  But the enemy is a liar.
    4. St. Ignatius teaches when you recognize this is spiritual desolation and name it, then you can reject it and come to be free of it.
      1. Rules one through four define the terms spiritual consolation and desolation.
      2. Rules five through nine teach what to do in spiritual desolation.
      3. Rules ten and eleven are about times of spiritual consolation and desolation.
      4. Rules twelve through fourteen are about what to do in temptation.
      5. It is worth studying all of them. This basic introduction of rules one through four can help to discern which movements are from God (which is to be accepted), and which are from the enemy (which are to be rejected).
  • St. Ignatius letter to Sr. Teresa Rejadell
    1. See full text of quote at the end of this outline.
    2. Spiritual consolation, when present, allows us to go through our trials, even with joy.
    3. Spiritual desolation is a normal part of the spiritual life. We all have ups and downs. Need to learn to discern and become aware of what is going on – to recognize desolation is the work of the enemy, and then take appropriate responses to reject it and return to God’s grace and help.
  • Two rules (briefly summarized) to do in times of spiritual desolation
    1. When in spiritual desolation, never change your spiritual proposals (Fifth Rule).  For example, a proposal to take time for daily prayer or Mass or to go confession.  They will be the guide to get through the difficulties.
  1. When in spiritual desolation or temptation, it is helpful to tell the right person – for example, a good spiritual friend who knows the spiritual life (Thirteenth Rule).

Talk 4:  The Text of the First through Forth Rules

Rules for becoming aware and understanding to some extent the different movements which are caused in the soul, the good, to receive them, and the bad to reject them.  And these rules are more proper to the first week.

  1. First Rule.  The first rule: in persons who are going from mortal sin to mortal sin, the enemy is ordinarily accustomed to propose apparent pleasures to them, leading them to imaging sensual delights and pleasure in order to hold them more and make them grow in their vices and sins.  In these persons the good spirit uses a contrary method, stinging and biting their consciences through their rational power of moral judgment.
  2. Second Rule.  The second: in persons who are going on intensely purifying their sins and rising from good to better in the service of God our Lord, the method is contrary to that in the first rule.  For then it is proper to the evil spirit to bit, sadden, and place obstacles, disquieting with false reasons, so that the person may not go forward.  And it is proper to the good spirit to give courage and strength, consolations, tears, inspirations, and quiet, easing and taking away all obstacles, so that the person may go forward in doing good.
  3. Third Rule.  The third is of spiritual consolation.  I call it consolation when some interior movement is caused in the soul, though which the soul comes to be inflamed with love of its Creator and Lord, and, consequently when it can love no created thing on the face of the earth in itself, but only in the Creator of them all.  Likewise when it sheds tears that move to love of its Lord, whether out of sorrow for one’s sins, or for the passion of Christ our Lord, or because of other things directly ordered to his service and praise.  Finally, I call consolation every increase of hope, faith, and charity, and all interior joy that calls and attracts to heavenly things and to the salvation of one’s soul, quieting it and giving it peace in its Creator and Lord.
  4. Forth Rule.  The fourth is of spiritual desolation.  I call it desolation all the contrary to the third rule, such as darkness of soul, disturbance in it, movement to low and earthly things, disquiet from various agitations and temptations, moving to lack of confidence, without hope, without love, finding oneself totally slothful, tepid, sad and, as if separated from one’s Creator and Lord.  For just as consolation is contrary to desolation, in the same way the thoughts that come from consolation are contrary to the thoughts that come from desolation.

Talk 4:  Quotations from the letter of St. Ignatius to Sr. Teresa Rejadell

  1. “I will call your attention briefly to two lessons which our Lord usually gives, or permits.  The one of them he gives, the other he permits.  The first is an interior consolation which casts out all uneasiness and draws one to a complete love of our Lord ….  In a word, when this divine consolation is present all trials are pleasant and all weariness rest.  He who goes forward with this fervor, warmth, and interior consolation finds every burden light and sweetness in every penance or trail, however great.  This consolation points out and opens the way we are to follow and points out the way we are to avoid.  It does not remain with us always, but it will always accompany us on the way at the times that God designates.  All this is for our progress.”
  2. “But when this consolation is absent the other lesson comes to light.  Our ancient enemy sets up all possible obstacles to turn us aside from the way on which we have entered.  He makes use of everything to vex us, and everything in the first lesson is reversed.  We find ourselves sad without knowing why.  We cannot pray with devotion, nor contemplate, nor even speak or hear of the things of God with any interior taste or relish.  Not only this, but if he sees that we are weak and much humbled by these harmful thoughts, he goes on to suggest that we are entirely forgotten by God our Lord, and leads us to think that we are quite separated from him and that all that we have done and all that we desire to do is entirely worthless.  He thus endeavors to bring us to a state of general discouragement…. For this reason it is necessary for us to become aware of our opponent.”

 

Discussion Questions for Week 4

Week 4: Discussion Questions

  1. Movements in the soul come from 3 places:  God, the enemy, or myself.  Give an example of one or more of these movements.
  2. St. Ignatius’ Introduction to the Rules of Discernment says, “Rules for becoming aware and understanding to some extent the different movements which are caused in the soul, the good, to receive them, and the bad to reject them.”  Describe each of these three steps in your own words (to become aware, to understand, and to respond).
  3. Share an example of a time when God opened your eyes “a little” to become aware and understand a movement in your soul.  How did you respond?
  4. St. Augustine said, “You were within; I was without.”  We are invited to live within, to live with Jesus in our hearts.  What are some things that keep you on the outside?
  5. St. Ignatius described two possible movements – persons moving away from God, and persons moving toward God.  For persons moving away from God (First Rule), how does the enemy work?  How does God work?
  6. For persons moving toward God (Second Rule), how does the enemy work?  How does God work?
  7. In the Third and Fourth Rules, St. Ignatius defines spiritual consolation and desolation.  How has this teaching made you aware of experiences of consolation and desolation in your life?  (The St. Thérèse of Lisieux example illustrates how God can use simple things in life such as a hen with her chicks.)
  8. Bishop Cozzens commented that we all experience the ups and downs of spiritual consolation and spiritual desolation throughout our lives.  What are the two brief examples Bishop Cozzens gave at the end of his talk to combat spiritual desolation?
  9. This teaching covered the first four of the fourteen rules for discernment of spirits given by St. Ignatius.  How could you continue to learn more about these rules for your spiritual journey?

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